Esta fiesta de fundamental importancia para todos los católicos es "la solemnidad del cuerpo y la sangre del Señor que significa que Jesucristo ha querido quedarse bajo las especias del pan y del vino que a su vez siendo consagrados por los sacerdotes o los obispos queda transformada bajo la fe en el cuerpo y sangre de Cristo", se indicó.
En Bolivia la fiesta de Corpus Christi se remonta a 1683, cuando se tuvo que esperar la autorización desde Roma para llevar adelante en Potosí una procesión en conmemoración a esta fiesta católica que ya se celebra por varios siglos en el país.
En Santa Cruz de la Sierra se realizó la concentración más multitudinaria de todo el país, además tuvo un significado especial porque fue la despedida del Cardenal Julio Terrazas del Arzobispado y la primera vez que esta celebración fue encabezada por su sucesor Monseñor Sergio Gualberti.
"He deseado mucho celebrar esta pascua con ustedes", indicó el Cardenal Terrazas en la celebración de Corpus Christi, en el estadio abarrotado de fieles. Al menos 35.000 personas llegaron hasta el escenario deportivo que se transformó en una gigantesca catedral y que fue testigo de la fe del pueblo católico en Santa Cruz.
"Saber sentarse para comer el pan de vida supone que tengamos vida y no signos de muerte entre nosotros. Solo así podremos entender al Señor", sostuvo en su homilía el Cardenal Terrazas a tiempo de invitar a todos los fieles a sentarse en la mesa del Señor, "hay que sentarse a dialogar. La solidaridad verdadera que llega al corazón del otro es la que surge de un diálogo fecundo de una amistad, de amor de verdad", subrayó.
Desafió a todos a los creyentes a hacer presente el reino de Dios en Santa Cruz y en Bolivia, aunque aclaró que "el desafío del Señor siempre incomoda pero es el reino de Dios. No es un espacio de espejismos de somnolencias, el reino de Dios es la manera de actuar en medio de nosotros pero con la responsabilidad de hacerlo con los demás para que en nuestra sociedad desparezcan tantos signos que se oponen a la verdad, la vida, el amor, la solidaridad, la paz y libertad a la que todo ser humano tiene derecho", señaló.
"Ese Reino enseña el Señor con palabras y hechos, devolvió la salud a los que tenían necesidades. Devolvió no los anotaba en los libros, también levantaba a los muertos y enfermos y enseñaba a la multitud a cambiar de actitud a cambiar de manera de pensar", agregó.
El prelado también lamentó que "los desiertos se han multiplicado en nuestras multitudes, desiertos donde no se respeta la vida donde se condena a los que tiene pensamientos renovados, los desiertos que se hacen especie de carceletas para forzar confusiones que no tienen que ver nada con la verdad y el respeto a las personas".
Al final de su prédica, el Cardenal Terrazas habló a toda la Iglesia en Santa Cruz y les pidió "comer del pan de vida (...) para tener vida abundante para nuestra Iglesia con su nuevo Pastor Monseñor Sergio, vida abundante para todos los aquí presentes y los que nos escuchan, para que nos sacudamos de cualquier contagio o deseo de muerte que pueda venirnos o imponernos".
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